De acuerdo con Cristóbal Undurraga, enólogo de Casas de Bucalemu, este 2021 ha sido tan frío en la costa como el 2016. Y de ahí quizás la sensación de tensión en acidez en este sauvignon de parras plantadas en 2008 en las costas de Leyda, a unos ocho kilómetros del mar. El vino es denso, de mucha concentración, de mucha fuerza. Eso se debe en parte a la crianza en barricas (la mitad) y la otra mitad en huevos de concreto, ambos por 11 meses. Uno de esos sauvignon para guardar o para beberlo ahora con cebiche. Uno de los grandes ejemplos de la cosecha y uno de los mejores del año. De este vino se produjeron 3.164 botellas.
La zona de Bucalemu se encuentra al sur del Valle de Leyda, muy cerca del río Rapel. De hecho, el viñedo de Casas de Bucalemu toma las aguas de este río para su riego. Comparte con Leyda, sin embargo, la influencia marina: el Pacífico está a unos 8 kilómetros en línea recta. Emilio Carrasco plantó allí por primera vez en 2008 y, desde entonces, produce vinos tintos y blancos fuertemente influidos por el océano Pacífico.
