De una cosecha fresca, este pinot noir viene de viñedos de unos 14 años plantados sobre los suelos de granitos y arcillas de las lomas de la cordillera de la Costa, a unos ocho kilómetros del mar, a la altura de Bucalemu, en el Valle de Leyda. Este tiene un 20% de racimo completo en la fermentación y una crianza en fudres principalmente (con algo de barricas usadas), todo por 14 meses. La nariz es exuberante y generosa en aromas a frutas rojas, pero también a notas terrosas que le dan un extra de complejidad. La boca tiene una muy buena textura de taninos, taninos firmes que se adhieren al paladar, todo rodeado por una capa jugosa de frutas maduras.
La zona de Bucalemu se encuentra al sur del Valle de Leyda, muy cerca del río Rapel. De hecho, el viñedo de Casas de Bucalemu toma las aguas de este río para su riego. Comparte con Leyda, sin embargo, la influencia marina: el Pacífico está a unos 8 kilómetros en línea recta. Emilio Carrasco plantó allí por primera vez en 2008 y, desde entonces, produce vinos tintos y blancos fuertemente influidos por el océano Pacífico.
