Errázuriz fue una de las primeras bodegas en Chile en experimentar con el syrah. Eso fue hacia la primera mitad de los años 90 y, desde entonces, se ha recorrido un largo camino hasta llegar, en 2001 a la primera cosecha de La Cumbre, su syrah más ambicioso. Y este vino también ha cambiado mucho en los últimos años, desde versiones más espesas y maduras hasta añadas como esta que, a pesar de venir de un año muy cálido, muestra frutas rojas radiantes en frescor. Mucho tiene que ver en eso la cosecha más adelantada que -ya por unos cinco años- viene realizando el equipo de la bodega. Eso ha dado más vivacidad a todos sus vinos en general, y a este en particular; a esas frutas sabrosas y refrescantes, se suma un agarre en los taninos que afirma al vino a la boca y le da estructura. Este tiene un 4% de viognier en el blend.
El nombre de esta bodega es inseparable del Valle de Aconcagua, su lugar de origen. En 1870 el empresario Maximiano Errázuriz plantó allí, en la localidad de Panquehue, 90 kilómetros al norte de Santiago, los primeros viñedos de la empresa, desafiando las convenciones de una época en la que lo lógico era plantar en la zona del Maipo. La apuesta de Errázuriz expandió en ese entonces el límite norte de la naciente viticultura moderna chilena y actualmente es la bodega más importante dentro de un pequeño grupo de productores de Aconcagua. Tras más de un siglo enfocada en la parte central del valle, estos últimos años Errázuriz ha crecido hacia la costa, desarrollando viñedos donde el clima es más fresco, como los plantados en el año 2005 en el sector de Manzanares, a 15 kilómetros del mar.
