Amalia este año tiene un 50% de cabernet sauvignon, una selección de los viñedos más antiguos de la propiedad, plantados hace 65 años a los pies de Los Andes, en Requínoa. El blend lo complementan un 40% de syrah y un 10% de merlot, ambos de parras más jóvenes, plantadas el año 2000. El vino se cría en barricas por 14 meses. Hoy muestra una cara muy joven todavía de tinto andino. Es impetuoso en taninos, con la estructura severa y austera de vino que necesita una década para expandir su textura y sus sabores. Por el momento, una buena idea sería guardar un par de botellas y abrirlas en dos a tres años.
Fue fundada por la compañía alsaciana Massenez en 1991 como Château Los Boldos, concepto habitual en Francia para bodegas que elaboran vinos del viñedo dentro de su propiedad. En el año 2009 la compró el grupo portugués Sogrape, dueño de viñas en Argentina, España, Nueva Zelanda y Portugal. Situada en Requínoa, Alto Cachapoal, Los Boldos tiene hoy 180 hectáreas con las que produce anualmente unos 1.5 millones de botellas.
