Desde un viñedo plantado en 1992, en la zona de San Juan de Pirque, a unos 900 metros de altura, esta es una selección de viñas que se cosechan más tarde para obtener una mayor profundidad y madurez. Un 30% del vino se guarda en barricas por nueve meses y el resto en tanques, y no tiene fermentación maloláctica. La madurez de los sabores es lo que más destaca en este vino, pero también -y como un jugoso contraste- la acidez es viva y brillante. Un vino denso y a la vez profundo.
Viñedos por sobre los 900 metros de altura, en la localidad de Pirque, en Alto Maipo, tiene esta viña nacida en 1991 como filial de la francesa William Fèvre (conocida bodega de Chablis, en Borgoña), pero que hoy pertenece mayoritariamente a la familia chilena Pino. Su propuesta destaca por sus vinos de montaña, desde luego cabernet sauvignon, presente en todos los niveles del catálogo, aunque también producen chardonnay que nada tienen que envidiarles a los de la costa. Desde hace algunos años, y con la línea Quino, han explorado además el Valle de Malleco, más de 600 kilómetros al sur de Santiago, un clima extremo donde elaboran vinos de mucha personalidad. La producción anual de William Fèvre es de unas 500.000 botellas.