Este es el nuevo cuvée de Concha y Toro, y la idea tras este tinto es representar los vinos de Puente Alto, una de las zonas más afamadas del Alto Maipo, hacia los pies de los Andes. Este año, el blend tiene un 84% de cabernet sauvignon, un 12% de cabernet franc y el resto de petit verdot, todo con 16 meses de crianza en madera, un 20% de ella nueva. En una añada cálida, este muestra una cualidad de madurez, de dulzor, de tonos a mermelada y frutos secos. Pero también tiene muy buena carga de taninos, firmes y recios, de vino muy joven. Es un trabajo en progreso, una fotografía en un año cálido, no necesariamente representativo, del lugar.
La bodega más grande de Chile y Latinoamérica tiene más de nueve mil hectáreas de viñedos en las principales zonas del país, desde Limarí hasta Maule. Fundada en 1883 por el político y empresario Melchor Concha y Toro, la empresa inició un siglo más tarde una revolución interna de la mano de la familia Guilisasti y el gerente general, Eduardo Guilisasti. Ese proceso, que los llevó a liderar la industria, estuvo enfocado en modernizar la bodega y, particularmente, en expandir sus viñedos y dar con los terruños adecuados para sus muy diferentes líneas, que hoy van desde la masiva Frontera hasta íconos como Don Melchor, a cargo del enólogo Enrique Tirado. Como director técnico del grupo se encuentra Marcelo Papa.
