Un cabernet para esperar, aquí las notas a madera aún interfieren con los sabores frutales, añadiendo algo de dulzor al conjunto. La estructura de taninos se siente firme, en un tinto que puede desarrollarse en botella por lo menos durante los próximos cinco años. Este cabernet viene de los suelos arcillosos que Maquis tiene en Colchagua, en medio del río Tinguiririca y el estero Chimbarongo, y fue criado en barricas por un año.
Maquis se ubica en Colchagua y cultiva un estilo de vinos diferente al de la mayoría de las bodegas de ese caluroso valle. Tal como ocurre con Calcu, su bodega hermana, los de Maquis son tintos de mayor frescor y tensión, en parte gracias a la ubicación de su viñedo, rodeado por los ríos Chimbarongo y Tinguiririca, lo que ayuda a moderar el clima. Pertenece a la familia Hurtado Vicuña y la inició don José María Hurtado, quien compró esta propiedad en 1916.