Gê se viene haciendo desde la cosecha 2003, siempre desde el viñedo Los Robles en el Valle de Cochagua. Gê, además, fue el primer vino sudamericano en ser certificado como biodinámico. El estilo ha cambiado mucho con los años. De ser un vino pesado, intenso, de gran madurez (y en una botella de grueso vidrio que dejaba clara su huella de carbono), ahora es una fresca interpretación frutal del sol de Colchagua. Es radiante en frutas rojas maduras, con tonos de hierbas y especias. La boca muestra sabores maduros y la acidez justa para equilibrar, el final es fresco y crocante. Este año el blend tiene un 52% de syrah, un 34% de carménère y el resto de cabernet sauvignon.
En 1986, Emiliana se separa de Concha y Toro para iniciar un camino como bodega independiente. Luego de apostar por el cultivo orgánico de sus viñedos, en los últimos años fue más lejos, abrazando además la agricultura biodinámica, sistema que propone el equilibrio biológico de los suelos y considera la influencia de los astros. En la actualidad, de sus 857 hectáreas de viñedos, 700 están certificadas como biodinámicas. El gran impulsor de la conversión de Emiliana en la gran viña orgánica de Chile fue el empresario José Guilisasti (1957-2014). Como bodega grande, Emiliana tiene viñedos en algunos de los valles más importantes de la zona central, entre ellos Maipo, Cachapoal, Colchagua y Casablanca. En este último, tiene una de sus bodegas y su centro de visitas. Su amplio catálogo de vinos se compone de tres líneas (Adobe, Novas y Signos de Origen), además de Coyam y el ícono de la casa, Gê.
