Este es el vino más ambicioso de la casa y se compone de una selección de los mejores viñedos de cabernet sauvignon y, a la vez, una selección de las mejores barricas tras una crianza de dos años, más o menos. En las reseñas de Calyptra hablamos con frecuencia de ese lugar de montaña, a unos mil metros de altura, en medio de los Andes, y de cómo influye en el carácter de sus vinos. Este es el mejor ejemplo. Una cosecha fresca como 2012 ha dado un vino de gran frutalidad, que aún conserva mucho de esa fruta, pero también ha adquirido notas mucho más complejas que van hacia el lado terroso, hacia el musgo. Es de esos vinos con los que uno puede echar a correr la imaginación solo con olerlos. La boca es una crema, con taninos pulidos y la sensación de frutas rojas maduras inundando toda la boca. Uno de los mejores vinos de Calyptra y una tremenda muestra del carácter del cabernet sauvignon andino.
De color rojo rubí oscuro. Nariz con aromas a fruta roja y negra madura como cassis, moras, cerezas negras y ciruela, frambuesa. Toque floral y herbal: violeta, hinojo, laurel y algo sutil de eucalipto. Toque de espacias como regaliz, pimienta negra, nuez moscada y canela. Boca potente pero muy bien equilibrada y jugosa, con textura suave y sedosa. Taninos firmes perfectamente integrados. Final largo y aromático, con notas de cassis madura, tabaco y especias. Potencial de guarda.
Marida bien con carnes rojas acompañadas de puré rústico, algunos patés y embutidos.
