Los chardonnay del Valle de Malleco, unos 650 kilómetros al sur de la capital, tienen algo floral que define sus aromas. No son ricos en frutas tropicales, como los de Casablanca, o salinos, como los de Limarí; más bien tienen ese lado floral acompañado de frutas blancas maduras. La boca, en este caso, tiene su agarre, la textura es firme y va acompañada de frutas dulces y una acidez jugosa. Este chardonnay viene de viñedos de 12 años sobre suelos volcánicos y arcillas rojas, cerca de la ciudad de Victoria.
De color amarillo pajizo. Posee delicados aromas de melocotón blanco, pera, membrillo y sutiles toques de coco. Tiene una viva y fresca acidez gracias a su clima fresco. Los sabores cítricos se complementan con sabores más refrescantes y tensos con deliciosa complejidad y buena estructura. Su acidez vibrante es particularmente notoria.