La base para este pinot viene de una pequeña y casi imperceptible loma de algo menos a una hectárea de suelos volcánicos -pero pobres en materias orgánicas- que dan un vino de muchos sabores frutales, aunque de acuerdo a Francisco Baettig, ofrecen una mayor profundidad y complejidad. Este tinto tiene una gran generosidad de sabores y aromas a frutas, es exuberante en su expresión de la variedad. Hay frutas rojas, pero también notas herbales y anisadas en medio de un cuerpo sólido, de acidez tensa y taninos firmes. Un pinot noir con ese acento del frío del sur de Chile, con esa sensación de menta, de anís en medio de la fruta roja.