Este delicioso y frutal malbec viene de un viñedo joven, de unos 15 años, plantado sobre suelos de arcillas, en la zona occidental y más próxima a la influencia fresca del mar en el Valle de Casablanca. Con apenas 12.5 grados de alcohol, muestra la plasticidad del malbec, su adaptación a climas fríos y la fuerza de su fruta, sin rastros de tonos vegetales cuando se le cosecha temprano. Un jugo delicioso de frutas rojas, exuberante, de taninos muy redondeados. No se lo pierdan.
Marcos Attilio y Angela Mochi son una pareja de brasileños que se dedicaron a importar vinos chilenos a Brasil hasta que decidieron establecerse en el Valle de Casablanca y hacer sus propios vinos. Eso sucedió en 2011, y lo que comenzó como un pequeño proyecto hoy lo sigue siendo, pero desde 2018 con uvas de viñedos propios (dos hectáreas), con los que producen unas 12 mil botellas.