Este es el cuvée más ambicioso de Antiyal y se selecciona de viñedos de carménère plantados en 2003 sobre los suelos aluviales y coluviales en esta zona del Alto Maipo, en Huelquén. El vino no tiene paso por barricas, sino que se cría en huevos de concreto por un año. De esta cosecha se hicieron unas 3.300 botellas y vale la pena que prueben alguna de ellas. Es una versión amable y elegante de carménère. A pesar del año, que fue muy cálido, se siente vibrante y fresco, con taninos muy pulidos. La acidez ayuda en esta tarea, lo que permite a las notas herbales de la variedad mostrarse aportando complejidad en una excelente versión de este tinto.
Color profundo con notas de ciruelas. Intenso con aromas afrutados a bayas, frutos del bosque, especiados con terrazas y mineralidad. Muestra volumen y concentración, con equilibrio y personalidad, con taninos largos y redondos.
